No voy a negar que no haya contado los días para su llegada. Ni que no me haya obligado a salir con las manos vacías sabiendo que quedaba poco tiempo y mis antojos podían esperar.
Y es que las Rebajas de verano llegan. Y están ya por colarse a la vista de nuestros ojos sin pasar desapercibidas. Aunque te cruces de cera, aunque callejees para acortar el camino a tu destino, no dejarás de ver un escaparate sin esos grandes carteles que parecen anunciar el fin del mundo y tu última oportunidad para estar como mínimo, bien arreglada. Y si no caíste en la tentación, no digas que no te avisaron. Está claro que todos nos dimos cuenta.
Aún con unas monedas en el bolsillo, siempre entra la duda de: "¿lo necesito realmente?". Y es que sí, realmente creo que poco necesitamos de todo el extra que llegamos a comprar en época de Rebajas. Pero ahí esta la conciencia y el bolsillo de cada uno.
Yo debo reconocer, que aún en mis épocas de vacas flacas, he podido sacar unos euritos para comprarme algo. Y es que hay veces que es necesidad, y otras vicio. Yo pertenezco a la segunda.
Y con la cabeza bien alta creo que puedo hacerme un buen grupo alrededor de "viciosos" de la Rebajas.
Amar la moda es otro tema que ya le daremos vuelta en otro post, pero todo está ligado, por supuesto. Para mí una prenda nueva en mi armario me da más que vidilla. Y si de ahí puedes sacar un look diferente es parte de la imaginación y un toque creativo. Hay miles de tiendas, y marcas donde perder la cordura. Pero una prenda sin in más lejos, de Zara, mezclada con otra Vintage, y alguna firma golosa para decorar pies y manos, te pueden dejar estupenda.
Y no hay más que verse algún capitulito de "Sex on the City" para darse cuenta de que nuestra amada Carrie Bradshaw se deja el sueldo en un buen calzado y siempre lleva un bomboncito de bolso. Ella sí dejaba claro, que aunque no llegase a fin de mes, ni tuviera para pagar el alquiler, ya sean Rebajas o recién estrenada temporada, si al pasar frente a un escaparate se quedaba prendada por unos buenos tacones, no había nada ni nadie que la detuviera.
Y así nos dormimos hoy, esperando la llegada de los Reyes Magos, digo, de las Rebajas.
Haciéndonos los despistados como si no nos hubiésemos dado cuenta.
Pero sí, mañana, recién cobrado el sueldo, meneemos nuestros culitos entre prendas manoseadas, buscando lo que nos haga sentir como príncipes y princesas.
Que nos dé un toque diferente. Y no pensemos en si la cuenta baja mucho.
Démonos un capricho, que al fin y al cabo….es nuestro regalo.
Disfrutar de las Rebajas, PROBAR todo lo que podáis, e iros. Pero sin las manos vacías. ;)
Con amor,
Diana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario