Hay momentos de mi infancia que recuerdo con total nitidez. Como si los hubiese vivido ayer. Uno de ellos es cuando con unos 7 años participé en el concurso de pintura rápida de "San Pedro Regalado". Se hace cada 13 de mayo en Valladolid. Y consiste tan sólo en apuntarte con tiempo. Y el mismo día del concurso vas a recoger tu lienzo en blanco, y tu bolsa de bocata y refresco para aguantar la mañana en una de las zonas que te indican. Donde sólo en esa zona puedes pintar. El rango de edad para participar como podéis imaginar es más que amplio. Así que puedes ver todo tipo de estilos, los infantiles, los profesionales y entre medio los soñadores. Al acabar tu pintura, lo entregas y por la tarde se hace una exposición con los ganadores. Y al día siguiente te da una medalla el mismísimo alcalde de Valladolid.
Sí, yo gané dos veces. Tan pequeña, y con tanta emoción.
Cabe decir que mi padre es pintor. Y que algo se pega. Pero lo que sí recuerdo fueron sus palabras: "Lo bueno es cuando pintas desde tus ojos. En el momento en el que quieres copiar la realidad, se ha ido tu imaginación".
Y es así. Gané dos concursos cuando era demasiado pequeña como para entender lo que hacía. Era un juego, una manera de estar en la calle pintando libremente y con un bocata y refresco de regalo. ¡Que excitante!. Pero en el momento en que quise "borrar" lo que hacia y pintar de nuevo porque no me salía bien la perspectiva del edificio no gané ningún premio más.
Puedo recordar los pasillos de Arco, la feria de Arte Contemporáneo que se celebra cada febrero en Madrid. He ido desde pequeña con mis padres a corretear entre cientos de personas y a quedarme ensimismada viendo cosas que no entendía. Arte, y encima Contemporáneo.
Una vez, cuando ya pasaron unos años, me quedé mirando indignadísima un cuadro pintado todo de blanco. Mi padre se acercó, sintiendo mi ofuscamiento y le dije: "Este cuadro es una tontería. Lo podría pintar yo."
Respondiéndome él: "Sí, lo podrías pintar, pero no lo has hecho".
Respondiéndome él: "Sí, lo podrías pintar, pero no lo has hecho".
Cuando estaba en primaria llevaba botitas marrones en vez de mocasines como todas mis compañeras. (Manías de mi madre). En vez de una clásica trenka, llevaba un moderno plumas. (Todavía me acuerdo lo chulo que era). En vez de un bollicao llevaba Smacks o "zapatillas", pastas típicas de mi tierra.
Los cumpleaños eran fiestas de disfraces. Suspendía casi todas menos gimnasia, pretecnología y dibujo, que aprobaba siempre con Sobresaliente.
Mi padre me iba a recoger con sombrero vintage, y mi madre con abrigo de capa. Eran, somos, seremos…Artistas.
Los cumpleaños eran fiestas de disfraces. Suspendía casi todas menos gimnasia, pretecnología y dibujo, que aprobaba siempre con Sobresaliente.
Mi padre me iba a recoger con sombrero vintage, y mi madre con abrigo de capa. Eran, somos, seremos…Artistas.
Cuando me echaron del instituto, porque me echaron, los desterrados íbamos a la calle Muro. (Los pucelanos sabrán de que hablo). Y puedo dibujar la cómica escena que viví: Había hecho un examen, supongo que pésimo, de física y Química. La profesora me llamó en medio de clase. Me acerqué a su mesa y me preguntó: ¿Diana, tú que quieres hacer de mayor?. Le respondí sin titubear: "Ir a Japón a bailar y viajar". Me mandó a mi sitio de vuelta. Como podéis imaginar tuve un suspenso como una casa. Pero dos años más tarde estaba bailando en Japón.
He debatido con amigos de mis padres sobre mi futuro, con amigos que te ven perdida o sin rumbo. Pero nunca con mis padres. Ellos siempre han visto que el arte es una forma de vivir. He hecho todo lo que he querido y más. He trabajado en Japón, Inglaterra, Ucrania, Finlandia, Italia, Berlín, Miami, Rusia, y España por supuesto. He viajado a Indonesia, Argentina, India, Nueva York….y nunca me ha dado miedo la vuelta ni el vértigo económico. Siempre he tenido la misma coletilla: "Algo saldrá". Y sale.
¿Qué ha pasado con la crisis que estamos viviendo desde hace unos años? Que la sociedad se ha formado por y a par un futuro mecánico e insatisfecho. La mitad de la gente siguiendo un camino que ni se han preguntado si lo han llegado a elegir. Pero tenía que ser así. ¿Y qué ha pasado? Que la gente se ahoga, que no sabe hacer otra cosa. Los artistas estamos educados de forma independiente. Si no hay dinero se ponen copas en cualquier bareto, se reparten flyers por las esquinas, escribes tu propia obra de teatro o viajas a otra ciudad para de nuevo, intentarlo.
Y todo para sobrevivir. ¿Crisis? La hemos vivido toda la vida. Yo no he podido sentir un cambio, porque estar en crisis es mi forma de vivir. Pero también es mi adrenalina, mi alimento diario para no dormirme. Porque podemos hacer cualquier cosa que nos haga sentirnos vivos.
Todo este análisis lo quería plasmar desde que leí hace unos días un artículo que habla sobre Sir Ken Robinson, un experto que preconiza un sistema educativo que enseñe a innovar. Y dice que la creatividad se aprende igual que se aprende a leer. Cuenta que una niña que había sido un fracaso escolar durante 8 años, incapaz de estar sentada oyendo una explicación acude al psicólogo de la mano de su madre. Éste la dejó sóla en la sala con la radio puesta. Juntos espiaron a la niña, y vieron que estaba bailando. ¿Qué le pasaba a la niña? Que pensaba con los pies. Hoy en día es bailarina del Royal Ballet.
Hay que tener ojo para ver el crecimiento de un hijo. Para no obcecarse en que estudie una carrera y meterle en la cabeza que tiene que labrar su futuro. Aunque hay que estudiar y formarse sin ninguna duda. Pero que sean conscientes, que razonen y que también sepan tener en paralelo una actividad que les haga salir del estudio. Que les pueda alimentar de diferentes maneras. Que sean creativos.
Hoy he rematado el día con un sencillo y magnífico vídeo que se nota que está hecho con amor de artista por Elio González y Rubén Tejerina.
"Etiquetados" como "muertos de hambre". Aquí os lo dejo.
https://www.youtube.com/watch?v=6X08zzXWzag
Yo no digo que quiera ser una muerta de hambre toda la vida, porque me gusta comer muy bien. Quiero sencillamente seguir creando. Seguir sintiendo que hago cosas que me conmueven, que me llenan, y que aporto algo a la sociedad.
Gracias a todos los artistas que me han acompañado desde pequeña. A mi gran familia de artistas. A mis grandes amigos artistas. Y a los que creen que no lo son. Porque todos tenemos un artista dentro.
Con Amor de eterna artista,
Diana.
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